domingo, 2 de diciembre de 2007

Acontecer Real


Después del ocaso la Zorra salta hasta una estrella, ahí se frota el lomo, lame sus patas, emite aullidos y … espera.

De pronto inhala profundo, se tira en picada y se para arriba de un semáforo. Observa el bullicio de las luces y … espera.

En un silencio que sólo ella percibe salta hacia el pavimento, se desliza sigilosa entre borracho, putas, el tráfico de humo que desprenden los cigarros y … espera.

En el rincón de un bar, escarba su guarida, acecha la metamorfosis, el cambio que los ojos van tomando a medida que se esparce la noche.

Saca la lengua, la desliza por su hocico puntiagudo después de la primera copa. Quiere y no quiere entrar al ruido de pupilas cristalizadas, lengua traposa y … espera.

Pide más noche en la próxima copa, la olfatea, lame lento el líquido grisáceo. Da pequeños golpes con su pata sobre la madera, mientras contempla que roedor podría sentarse a su mesa y … espera.

De pronto colgando de un abismo entra desahuciada la Locura abuela, pidiendo auxilio. Nadie quiere problemas, la ignoran, la Zorra fumando mira y … espera.

La abuela Locura vomita sus causas y efectos, habla de la razón, grita sus secretos. Música diversión, consumo están primero. La Zorra mareada, pide dos copas, le hace un guiño la deja conversar y … espera.

Las dos copas y cenicero son testigos del pacto, la locura se disuelve dentro de la copa y la Zorra de un lamido se la bebe.

Desde esa noche no necesito brincar hacia las estrellas.

1 comentario:

Alejandro García dijo...

donde consigo libros suyos en mexico?