jueves, 3 de abril de 2008

Las Mujeres de Siempre



Las mujeres tienen forma de color azul. Amanecen acostadas contra el amanecer preparando días desde el desayuno.

Siempre tienen fiebre. Están afiebradas de tanto hornear gritos, lavar ropa trabajada con detergente, que no les limpia el cansancio, ni aromatiza el sudor de su senos caídos.

Las mujeres duermen levantadas, esconden abortos en la memoria, anhelos quebrados que arreglan a la hora de la siesta en compañía de la radio.

Se miran en el espejo para recodar que existen, que su cuerpo no ha sido cercenado en cada alumbramiento o por esas noches en que tuvo que abrirse a pesar del cansancio.

Las mujeres tienen sabor a siglos. Tienen historias de escondidos amantes entre los dedos, cuentos reales de esposa fiel y única madre.

Tienen cadenas que adornan con jardines y riegan después de volar sembrando esperanzas sobre la rutina y los sueños.

Tienen diferentes sonrisas en un solo cuerpo. Ellas son Ellas todos los meses. Todos los meses recuerdan lo delicada y frágil que son por fuera y por dentro.

Las mujeres son débiles, son bestia enceguecida defendiendo el pan de los críos. Son guerreras dispuestas a usar sus colmillos de fiera, si alguien amenaza su nido.

3 comentarios:

Monopoesia dijo...

las mujeres poseen un misterio encerrado en si mismas. OH hermosas mujeres

Sirena Varada dijo...

Las mujeres somos todas esas cosas y ciertamente -como dices al final- somos frágiles y a la vez guerreras.

profetabar dijo...

Sirena, sí, y siempre somos mucho más de lo que podamos expresar, porque el sentimiento a veces no cabe en la palabra.